“Nina”, una maestra en todo tiempo y lugar
“Nina”, una maestra en todo tiempo y lugar
En el marco del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, desde el Programa Educación, Derechos Humanos y Memoria Colectiva elegimos recordar y reconocer la labor de Nélida “Nina” Landreani, educadora y luchadora por la igualdad y la justicia social.
Compartimos con ustedes el siguiente texto elaborado por la Mg. Susana Nadalich, coordinadora del Programa Educación, Derechos Humanos y Memoria Colectiva que recupera las luchas y el legado de “Nina” para nuestra provincia.
Pensar en Nina es pensar en algunas palabras la dibujan bastante bien como rebeldía, estudio, responsabilidad política, vitalidad, coherencia, voluntad, solidaridad, resistencia y entusiasmo. Es también situarla dentro de un proyecto generacional político popular, como lo narra Nicolás Casullo. Nina perteneció a esa generación de los ’60 y de los ’70 en nuestro país y desde allí palpitó la política como un modo de vida, precisamente. Fue una soñadora y luchadora incansable.
Nina nació en Paraná el 14 de abril de 1943 y desde el 13 de agosto de 2002 lamentamos su ausencia física, porque en realidad sigue merodeando entre nosotros/as y su legado sigue vitalmente cerca. En otras latitudes ese mismo año también partía un sociólogo con quien ella compartía muchos pensamientos y luchas, Pierre Bourdieu.
Acerca de su trayectoria nos remitimos a un trabajo biográfico riguroso y completo¹ que nos cuenta que Nina creció junto a sus dos hermanas en una familia de clase media, donde la nobleza, la libertad y la justicia fueron valores que asimiló durante su vida. Su padre, dibujante de planos, interesado por el mundo social y político fue concejal municipal y promovió, desde esa función, la construcción de un barrio social… Salvo un tiempo breve, en que se trasladaron a la ciudad de Gualeguay por el trabajo paterno, la vida familiar se desarrolló en Paraná “Aprendimos de papá, a no quedarnos callados, cuando sentíamos que teníamos razón” —nos relata Chiqui, su hermana mayor, dando cuenta de un rasgo que caracterizó a Nina.
Cursó la escolaridad primaria en la Escuela del Centenario y la secundaria en la Escuela Normal “José María Torres”. Se acerca en sus primeros pasos a la docencia, egresando en 1961 como Maestra Normal Nacional. En la Facultad de Ciencias de la Educación, dependiente por entonces de la UNL (Universidad Nacional del Litoral), continúa su formación universitaria, graduándose como Licenciada en Ciencias de la Educación en el año 1968 y obteniendo el título de Profesora en Enseñanza Media (Secundaria, Normal, Especial y Técnica) en Ciencias de la Educación en diciembre de 1970. Se integra a la vida académica como estudiante, primero, y luego como reciente graduada participando en actividades de docencia e investigación. En 1965 se conforma en esta Facultad, un Instituto de Sociología de la Educación, coordinado por el Profesor Tomás Amadeo Vasconi. En tiempos en que el campo disciplinar estaba dando sus pasos iniciales, se ponen en marcha proyectos de investigación como el denominado “Condiciones de vida y escolaridad” que reunió abundante información empírica de Entre Ríos y Santa Fe.
El Golpe de Estado de 1966 y la intervención a la Universidad en 1968 llevaron a la interrupción de los trabajos del Instituto, por el exilio la partida de Vasconi a Chile. En diciembre de 1969 se formaliza el primer vínculo laboral de Nina con la Facultad en un cargo de Auxiliar Técnico Docente en el Departamento de Administración, Sociología e Historia de la Educación, siendo el Decano por entonces el Prof. Juan Carlos Tealdi.
En 1973 se crea la Universidad Nacional de Entre Ríos, y la Facultad de Ciencias de la Educación
se integra a ella. Nina forma parte de los equipos docentes en la Facultad de Ciencias de la Educación entre los años 1970 y 1974. En esos tiempos se desempeña como Profesora Adjunta Interina en “Sociología de la Educación” en un breve período de dos meses (marzo a mayo de 1974). Desde esta cátedra, pero también desde los espacios de extensión, desarrolla sus tareas con compromiso social y militancia política. En 1974 año de crisis política, con vientos de derechización e intervenciones en las universidades, llega la cesantía por motivos político-ideológicos para un conjunto de docentes de la Facultad, entre ellos Nina; a través de una resolución firmada por la Decana Interventora María Irene Martín, que obra en su legajo, da cuenta de ello….. Los tiempos de la dictadura y el exilio, con su compañero, el Ingeniero Agrónomo Enrique Rigelhaup, y su pequeño hijo Guillermo buscan un lugar donde transcurrir esos tiempos de persecución, desaparición y muerte en su propio país. Parten primero a Europa, luego a Israel permaneciendo allí durante tres años y medio².
La búsqueda de trabajo se vio complejizada por el desconocimiento del idioma. Aún así, Nina consiguió un cargo en el Departamento de Servicios Sociales de la Administración Municipal. Como asistente social atendía a familias con problemas. En palabras de Enrique: “La municipalidad ponía a un inmigrante recién llegado, a atender a otros inmigrantes recién llegados… el problema del idioma se minimiza, cada uno está tratando de hablar en un idioma prestado que recién se lo dieron… por la zona donde estábamos llegaban inmigrantes de Georgia (URSS)”. No había ningún contacto cultural. Recién empezaban a aprender el hebreo. Un segundo hijo, Miguel, agranda la familia. Pero la América Latina profunda y desigual los convoca en sus deseos de transformaciones sociales hacia una sociedad más justa. Se instalan en México y luego en Nicaragua. En junio de 1980, se incorpora con su trabajo a la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) en el Departamento de Pedagogía de la Facultad de Ciencias de la Educación. Conjuga allí acciones de educación popular y trabajo gremial con docentes. Nacen allí sus dos hijos menores, María y Carlos.
Con la vuelta de la democracia en Argentina en 1983 llega el tiempo del retorno al país, a la ciudad y su río, a la familia que espera. Y al trabajo, en las facultades de Trabajo Social y Ciencias de la Educación (UNER), que reincorporan en su proceso de normalización a los profesores cesanteados. Y después los concursos que legitimarán los reingresos. Nina concentra su trabajo en Ciencias de la Educación y desde la cátedra de “Sociología de la Educación” desarrolla la docencia, dirige equipos de investigación, lleva adelante acciones de extensión. Presta toda su preparación, responsabilidad y entusiasmo a la academia, a la vez que participa activamente de la vida gremial de la docencia universitaria, colabora con AGMER (Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos) y desde este espacio integra la CTA (Central de Trabajadores Argentinos)… estas últimas tareas de compromiso político en tiempos de desguace neoliberal en nuestro país.
En uno de los tantos homenajes que se le hacen/mos a la Nina (como nos gusta llamarla), la educadora y referente sindical Clelia Lavini expresó por los años noventa mientras “el neoliberalismo en la escuela ganaba la cabeza de maestros y profesores. En una época en la que nos llenaban de propuestas individualistas, y muchos de nuestros compañeros se veían atraídos por eso… Ahí radica la importancia de la labor de Nina, quien apuntó al corazón del neoliberalismo, trabajando comunitariamente, en equipo, mirando al conjunto, aprendiendo y enseñando de los otros. Una persona tan lúcida y con un posicionamiento tan firme no podía menos que trabajar en algo que era medular en ese momento: la educación pública. Trabajó y militó comunitariamente, en un tiempo en que no querían que nos juntáramos, ella planteaba proyectos en conjunto con la comunidad, en equipo. Así era Nina: Una maestra en todo lugar, que enseñaba con su discurso, pero también con su ejemplo”.
Desde los trabajos de investigación tiene una fuerte inserción en las escuelas primarias públicas. La idea de una investigación con los/as docentes la lleva a desarrollar acciones de investigación-acción y estudios socio-antropológicos de la vida cotidiana de las escuelas en contexto de pobreza urbana.
Durante estos años también trabaja en la Universidad de Rosario y en la FTS (Facultad de Trabajo
Social) de la UNER. Siempre fue una defensora de la educación pública. Organiza Encuentros de las Cátedras de Sociología de la Educación de universidades nacionales públicas (para debatir y acordar lineamientos, ejes y abordajes). También co-funda con otros/as intelectuales y académicos la Revista Crítica Educativa. Sugerimos su recorrido en el siguiente enlace: http://biblio.fcedu.uner.edu.ar/nina/H4-Landreani_Nelida_El_proceso_de_apropiacion_institucional.pdf
Biblioteca y escuelas Nina:
Nina (Nélida) Landreani sigue presente porque la seguimos leyendo, seguimos aprendiendo de sus
reflexiones y de tantas categorías teóricas fecundas para encarar la reflexión y la transformación de las condiciones arbitrarias del capitalismo que condenan a tantas vidas a someterse a privaciones injustas.
Nina está en espacios físicos como la Biblioteca de la FCE de la UNER que lleva su nombre. Gran decisión política fue que lleven su nombre en el ámbito del Consejo General de Educación desde 2012 las escuelas de doble jornada para sectores populares denominadas “Escuelas Nina”. La Lic. Marcela Reynoso, siendo decana de la FCE, hizo mención a dicho proyecto expresando que “muy pocas personas hubieran sido “candidateables” para que con su nombre se denomine a un programa de tal naturaleza, por lo que no tenemos más que acompañar esa decisión política del CGE”. Se puede ampliar en el enlace: https://agmer.org.ar/index/2804-jornada-homenaje-nina-pensamientos-luchas-y-suenos/
Las escuelas Nina lograron que muchos/as estudiantes de escolaridad primaria se acerquen a espacios y propuestas pedagógicas lúdico-culturales que sino tal vez no hubiesen conocido, como
ajedrez, ingles, cerámica, teatro, natación, folklore, etc. Según una publicación de 2019 el teatro es el taller más elegido en esas escuelas: “comenzaron con 14 escuelas de las cuales ya en ese entonces el taller de teatro se encontraba en 8 escuelas, en la actualidad la provincia cuenta con 135 escuelas Nina de las cuales, 78 que eligieron teatro para sus instituciones” expresan Gabriela Verón, docente tallerista de teatro en la escuela Maximio Victoria N°24 y la escuela Juan Martín de Pueyrredón N°8 desde los comienzos de esta experiencia educativa; y Marita Cortés, profesora de teatro y miembro del equipo técnico pedagógico de la Dirección de Primaria del CGE. Para seguir esta reseña recomendamos el enlace: http://cge.entrerios.gov.ar/2019/09/el-taller-de-teatro-es-el-mas-elegido-por-las-escuelas-primarias-de-la-provincia/
Siendo decana de la FCE de la UNER, Marcela Reynoso, en un homenaje a los 10 años de su ausencia física, la recordó desde los propios conceptos que Nina introdujo y enseñó por ejemplo, “Entendía la investigación como la producción de conocimientos, pero para la acción y la intervención, para la transformación de lo social. Y a la práctica escolar como un proceso de producción social”
Nina para siempre
Nina es recordada por tantos y tantas como una mujer luchadora, fuerte, trabajadora, militante, madre, solidaria, inteligente y tenaz. Escribía, leía, pensaba, nunca se le escapaba la tortuga, parafraseando al 10, se hacía tiempo para escribir, leer, enseñar, pensar y re-pensar, investigar, militar, ser madre y compañera, para dar amor a sus seres queridos. Sentía inmensa pasión por lo que hacía, siempre de la mano de sus convicciones, que eran las de tantos y tantas: la igualdad, la libertad, la riqueza repartida. Por eso sabía muy bien lo que era negociable y lo que era innegociable.
Sus palabras criticas –en aulas, congresos, talleres, reuniones políticas, publicaciones, etc.- hacían hincapié en las insoportables desigualdades y asimetrías sociales (ese “doblar el lomo para que otros doblen sus bienes” como denuncia la canción de Anibal Zampayo) y en las formas de la transformación social.
De/con la Nina aprendí el peso de la palabra arbitrariedad, puesta a rodar diariamente en la vida
cotidiana y sus consecuencias penosas para tantas vidas. De/con ella aprendí que las escuelas son la caja de resonancia de nuestra sociedad. También sigo enseñando muchas de sus enseñanzas – valga la reiteración- como la noción de capital cultural, el habitus de quienes pertenecen a los sectores populares, esa cultura de clase que es pertenencia, es huella identitaria, que se hereda y se defiende con conciencia histórica y política; que resiste a la violencia simbólica de la cultura escolar normalista. Nina pudo acercarnos conceptos de la distinguida academia como los de Bourdieu, Althusser, Freire, Gramsci, Heller, Vasconi, Apple, Marcusse –entre otros/as- para que su comprensión devenga en praxis política, no en mera puesta en escena académica para que el status quo siga haciendo su fatal juego.
Nina es y será recordada merecidamente siempre por su opción de estar en todo momento y lugar
del lado de los pobres y desposeídos, sean del género que sean, tengan la edad que tengan y vivan
donde vivan.
Hoy y siempre seguimos y seguiremos levantando tus banderas por la igualdad y la justicia social,
querida compañera. Gracias!!!
1-Tomamos como referencia la biografía realizada por las compañeras de Nina, las Lic. Susana Berger y Mg. Susana Valentinúz, quienes realizaron esta reseña en base al legajo que consta en la FCE y entrevistas a una de sus hermanas, Angélica Landreani, y su ex marido, Enrique Righelaup. En el marco del Proyecto de Innovación e Incentivo a la docencia denominado: Nina Landreani, legados de un caminar FCE UNER. Enlace para ampliar: https://www.fcedu.uner.edu.ar/biblioteca/biografia/
2- Proyecto de Innovación e Incentivo a la docencia denominado: Nina Landreani, legados de un caminar FCE UNER.
Las imágenes fueron compartidas por familiares y amistades de Nina.
Publicado el:
viernes 5 de marzo de 2021
Autor:
- Programa de Educación, Memoria y Derechos Humanos
Nivel:
- Secundario
- Superior
Área Curricular
- Cs. Sociales y Humanidades