Seamos libres, que lo demás no importa nada
Seamos libres, que lo demás no importa nada
En este recurso proponemos un recorrido en torno a la gesta del General San Martín, su figura y la lucha por la emancipación de América.
Todo -o casi todo- en la vida de San Martín es motivo de leyenda o controversia. Mucho se ha discutido en torno a la figura del prócer, desde su origen, sus ideas, intereses, hasta su vida privada.
Hace algunos años, la prestigiosa investigadora, Patricia Pasquali, especializada en San Martín, contrastaba el “legitimo deseo colectivo de aproximación al conocimiento de los protagonistas de nuestro pasado tal como fueron y la exigencia generalizada de descubrir a los hombres reales y creíbles, que permanecieron mucho tiempo escondidos tras las efigies pétreas, lejanas e incólumes con a escalada de banalización y chismografía a la que hoy asistimos y que nada tiene que ver con la humanización de los próceres”
Sin pretender dar cuenta de todos los interrogantes aún abiertos en torno al prócer, proponemos contar su campaña libertadora, en el largo proceso de independencia americana.
Los comienzos en América
En 1812, San Martín, llega a Buenos Aires para ponerse a las órdenes del gobierno patriota y al servicio de la emancipación en América. Si bien, los motivos de su regreso son objetos de especulaciones, muchos historiadores coinciden en que vuelve a América, impulsado por los ideales de la Revolución Francesa y por las aspiraciones liberales de los masones.
El Primer Triunvirato le reconoció su grado de teniente coronel, y crea el Regimiento de los Granaderos a caballo.
A cargo de Alvear y con San Martín como secretario, empieza a funcionar una nueva logia, ligada a la Masoneria, que podría haberse llamado: La logia de los Caballeros racionales o Logia Lautaro, evocando al mítico cacique Araucano que se sublevo contra los españoles en el siglo XVI. Así también, toman contacto con otra organización criolla: la Sociedad Patriótica liderada por Bernardo Monteagudo con la que comparten el mismo objetivo: la emancipación de América.
Para 1812, gobernaba el Primer Triunvirato, conformado por: Paso, Sarreta, y Bernandino Rivadavia, quien reemplazó a Chiclana. Según Vicente F. Lopez, estaban en el poder “los hombres de peso y de pesos”, “es el partido de los tenderos”, expresión del grupo mercantilista pro-británico.
El 8 de octubre, opositores al gobierno agitaron las calles, entre ellos San Martín y Monteagudo exigieron la renuncia del Triunvirato y la elección de una nueva junta por voluntad popular. Con ello, San Martín se gano la enemistad Rivadavia de por vida.
La Asamblea del año XIII
Nace el segundo Triunvirato con Rodriguez Peña, Alvarez Jonte y Paso. Estos convocaron a la Asamblea del año XIII, que inició sesiones el 31 de enero 1813, teniendo por finalidad declarar la independencia y sancionar una constitución que incluyese la forma republicana de gobierno y la división de poderes.
Durante la asamblea se produjo un agravamiento del conflicto entre Gervasio José Artigas , y las autoridades de Buenos Aires, por el rechazo del que fueron objeto los diputados orientales, que exigían la inmediata declaración de la Independencia, una Constitución republicana, libertad civil y religiosa, igualdad de todos los ciudadanos, gobierno central con respeto por las autonomías provinciales y el establecimiento de la capital fuera de Buenos Aires. Todos estos puntos eran inaceptables para la burguesía porteña.
Las ilusiones de independencia que inauguró la reunión de la Asamblea, fueron rápidamente frustradas por la política que llevó adelante su primer presidente, Alvear, quién posterga la declaración de la Independencia, salvaguardando los interés británicos, que aliados con España en contra de Napoleón se oponían a la independencia de América.
Alvear, dio un paso más en la concentración del poder, y creó un poder ejecutivo unipersonal: el Directorio. Así lo cuenta Alvear en sus memorias: “El coronel San Martín había sido enviado a relevar a Belgrano y la salida de este jefe de la capital que se había manifestado opuesto a la concentración del poder, me dejaba más expedito para intentar esta grande obra”. Convierte a Gervasio Posadas, su primo, en el Primer Director Supremo del Río de la Plata, quién declara a Artigas “traidor de la patria”.
El plan de San Martín y su interés en la declaración de la Independencia
El 3 de febrero de 1813 San Martín logra su primera intervención en territorio americano, en San Lorenzo, donde triunfa sobre las fuerzas de infantería que desembarcan en las costas del Río Paraná.
En 1814, San Martín reemplaza a Manuel Belgrano y queda a cargo del Ejército del Norte. Allí dispuso una medida muy importante para la emancipación americana. Consciente de que no se podía avanzar hacia el virreinato del Perú por tierra, decidió establecer, a instancias del consejo de Manuel Dorrego, una guerra de guerrillas al mando del Caudillo Martín Miguel de Güemes, que hostigó y frenó las pretensiones de las tropas realistas.
Ante la vuelta de Fernando VII al trono de España y el proceso de res auración monárquica en Europa, San Martín presiona para que se declare formalmente la Independencia.
“¡Hasta cuándo esperamos declarar nuestra independencia! ¿No le parece a usted una cosa bien ridícula, acuñar moneda, tener el pabellón y cucarda nacional y por último hacer la guerra al soberano de quien en el día se cree dependemos? ¿Qué nos falta más que decirlo? Por otra parte, ¿qué relaciones podremos emprender, cuando estamos a pupilo? Los enemigos (y con mucha razón) nos tratan de insurgentes, pues nos declaramos vasallos Veamos claro, mi amigo; si no se hace, el congreso es nulo en todas sus partes, porque reasumiendo éste la soberanía, es una usurpación que se hace al que se cree verdadero, es decir, a Fernandito” (San Martín, 12 de abril de 1816),
Con estas palabras, San Martín, Intendente de Cuyo por orden del Director Supremo, instaba a Tomás Godoy Cruz, delegado electo por la provincia de Mendoza, a apoyar la declaración de la independencia en el Congreso de Tucumán.
En 1816, tiene lugar la Declaración de la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, el nuevo Director supremo, Juan Martín de Pueyrredon nombró a San Martín Brigadier de los Ejércitos de la patria y avaló su plan: cruzar la cordillera de los andes y sitiar lima desde el mar.
Las Batallas independentistas
La estrategia de San Martín era marchar por los trayectos más inhóspitos e impracticables para sorprender al enemigo. La travesía fue un éxito, que se reflejó en la victoria de la Batalla de Chacabuco. En reconocimiento, un Cabildo Abierto declaró a San Martín Director Supremo de la flamante república, rol que finalmente recaerá en Bernardo O´Higgins.
Cancha Rayada y Maipú
Dos enfrentamientos ocurrieron en Chile en 1818, En la “sorpresa de Cancha Rayada”, el ejército sanmartiniano fue derrotado cuando realizaba una maniobra nocturna. Pero tiene su revancha en la Batalla de Maipú. A comienzos de abril, los dos bandos se enfrentaron en la Batalla, el adversario fue vencido y la independencia chilena reconfirmada. Al año siguiente, el General fue reconocido como Brigadier General del Ejército de Chile.
Independencia del Perú
Mientras San Martín negociaba con Buenos aires un financiamiento para avanzar hacia el Perú, O´Higgins sumó fondos para continuar con la causa. Así se inició la Campaña contra el bastión realista, que significó un largo escollo en la carrera militar y política de San Martín, no solo porque desde Buenos Aires le exigían que interviniera en los conflictos desatados aquí entre federales y unitarios, sino también porque además estaba detenido a la espera de la llegada de los ejércitos bolivarianos que sorprenderían a los realistas desde otro ángulo.
San Martín desembarca en Pisco junto al Ejercito Libertador del Perú. Desplegó una guerra de desgaste, cortó las líneas de comunicación y de abastecimiento. El 10 de julio de 1821, tras varios combates, entró en Lima y ocupó la ciudad. El 28 de julio proclamó la Independencia del Perú y luego asume asumió la jefatura del Estado como “Protector de la Libertad del Perú”.
Dificultades de San Martín para concluir su plan libertador
El financiamiento de la campaña libertadora de San Martín, se estaba volviendo una carga pesada para el Directorio de Buenos Aires. La victoria de Maipú, ubicaba la Guerra demasiado lejos del Río de la Plata, y Pueyrredon da prioridad al problema con el litoral, donde su “neutralidad”cómplice con la Invasión Portuguesa, no bastó para apagar el foco de conflicto.
Tanto Pueyrredon, como su sucesor, José Rondeau, ordenaron a San Martín el regreso para sofocar la disidencia federal. San Martín, empeñado en anteponer la causa americana a los conflictos internos, se niega a obedecer. El historiador Abelardo Ramos refiere que San Martín “había tomado partido por la revolución continental y se negaría una y otra vez a desenvainar su espada en conflictos civiles”.
Los Caudillos, aliados de Artigas, Lopez y Ramírez avanzan sobre Buenos Aires y disuelven el directorio. A raíz de ello, Buenos Aires se constituye como provincia independiente con Sarratea de Gobernador.
La proclama de San Martín al Ejército libertador en Pisco da cuenta de las dificultades para continuar la empresa: “La guerra la tenemos que hacer del modo que podamos. Si no tenemos dinero, carne y un pedazo de tabaco no nos han de faltar. Cuando se acaben los vestuarios nos vestiremos con las bayetitas que trabajan nuestras mujeres, y sino andaremos en pelotas como nuestros paisanos los indios. Seamos libres, que lo demás no importa nada.” (8 de Septiembre de 1820).
El encuentro en Guayaquil
En vista de la falta de respaldo político y económico para revertir la situación en Perú, San Martín se reúne con Bolívar, Presidente de Colombia. Bolívar se compromete a continuar con la expulsión de los realistas en América y San Martín renuncia a todos sus cargos.
Mucho se ha dicho también en torno al vínculo entre San Martín y Bolívar, el historiador Hugo Chumbita refiere que “San Martín suscribía el plan bolivariano, según lo establecido por el Tratado de Unión, Liga y Confederación entre Perú y Colombia, firmado en Lima el 6 de julio comprometiéndose las partes a gestionar la incorporación de los demás países de la América, antes española.
En cuanto a la forma de gobierno, San Martín, quién según Chumbita, profesaba “odio a todo lo que sea aristocracia” y a pesar de “su modo de ser francamente republicano, consideraba que ni los pueblos ni las elites estaban preparados para ejercitar tales instituciones y prefería un sistema monárquico constitucional”. Para el historiador, las ideas de Bolívar al respecto diferían muy poco, y continúa explicando que “no existían entre ellos diferencias sustanciales. Sus concepciones filosóficas, su visión de la revolución, y de la necesaria comunidad continental eran coincidentes, como que ambos pertenecían a lo que San Martín llamó el partido americano”.
Fuentes Bibliográficas:
Revista de Cultura Ñ, Clarín – Edición Especial: San Martín, entre la historia y el mito. Sábado 16 de Mayo de 2009
Publicación de la Presidencia de la Nación, 200 años Bicentenario Argentino “El Bicentenario”.
Historia Visual de la Argentina. Clarín. (Fascículos 30, 39)
Autores del recurso:
Técnica Docente de Educación Primaria: Prof. Marina Maidana/ Equipo @prender: Maximino Del Mestre, Yanina Rivollier y Patricio Torres.
Publicado el:
viernes 7 de agosto de 2015
Autor:
- Yanina Rivollier
Nivel:
- Secundario
Área Curricular
- Cs. Sociales y Humanidades
Tipo de Recurso
- Artículo