Por noviazgos libres de violencia

A partir de una campaña de concientización desarrollada por diversas organizaciones, proponemos la reflexión sobre las prácticas violentas que aparecen en el noviazgo, para preguntarnos "#Qué onda con el amor".

Naciones Unidas en Argentina, la Fundación AVON y Asociación Civil TRAMA desarrollaron una campaña, que hoy recuperamos, destinada a adolescentes y jóvenes con el fin de generar conciencia y prevenir situaciones de maltrato en noviazgos. Con el fin de llegar al público joven, las piezas (audiovisuales y gráficas), parten de la idea de que “los adolescentes y jóvenes están en un momento de la vida en el que es posible construir otras formas de relacionarse basadas en la promoción de sus derechos y el respeto de las/os otras/os”.

Las investigaciones que fueron el insumo analítico para la realización de la campaña, desarrollan una conceptualización en “niveles” para explicitar las prácticas más frecuentes, y también cuáles son las más visibilizadas. La información disponible señala que cinco de cada diez mujeres reconoce haber sufrido actitudes violentas sufridas desde los primeros noviazgos

De las prácticas más extendidas y naturalizadas, en este punto el cruce con las tecnologías es clave para los y las jóvenes: los celos y el control se ponen en evidencia y son potenciados -en cantidad e intensidad- por la utilización de las tecnologías de comunicación y sus aplicaciones (redes sociales, whatsapp, GPS, etc.).

Situaciones más difíciles de reconocer como violencias, son las vinculadas con el maltrato psicológico. Sumado a la posesión (celos y control), las actitudes con las que se ejerce maltrato son descalificación –críticas, frases despectivas, burlas, ataques a la autoestima-, humillación -ridiculizaciones en público, revelar información íntima, escándalos.- e indiferencia afectiva -mostrarse insensible, desatento, ignorar o dejar de hablarle a la otra persona.-

En este nivel, es donde más importante es poder identificar y desnaturalizar las conductas y actitudes que se presentan: hablamos de la instalación de la violencia en cualquiera de sus formas y tipos. La persona que recibe la violencia está sometida a un creciente aislamiento -impedir que tenga vida social (amigos, amigas, familia), acoso -vigilarla, seguirla, esperarla a la salida de sus actividades, acosarla telefónicamente o por otros medios-, manipulación -trampas, presiones de todo tipo-, presión sexual -imponer relaciones sexuales no deseadas, irresponsabilidad sobre los riesgos, impedirle que use anticonceptivos- y amenazas -para intimidar, es decir, para asustar y obligarla a obedecer-.

En la siguiente presentación, recuperamos parte de las imágenes que se usaron para la campaña, con la intención de que puedan ser usadas como disparador de las discusiones dentro del aula, y de los espacios que sean posibles.