“1492 no es la fecha de un descubrimiento sino de un encubrimiento”

“1492 no es la fecha de un descubrimiento sino de un encubrimiento”

Para pensar en nuestra historia y nuestros orígenes conversamos con la doctora en Educación Laura Méndez acerca de la conmemoración del 12 de octubre.

Acercándose al 12 de Octubre, ¿qué cuestiones deberíamos repensar?
En relación al mal llamado “Día de la Raza“, hay que rever todo, no se salva nada. Creo que lo más importante es que 1492 no es la fecha de un descubrimiento si no un de un encubrimiento, esto lo dice Enrique Dussel en su libro: “1492 el encubrimiento del otro”, me parece que ese es el eje para entender lo que significa “festejar algo que es infestejable.”

El 12 de octubre inaugura un proceso de absoluta deslegitimación y negación de las culturas de América, y fundó el mundo de la modernidad, que no es más que un período colonial moderno porque sin colonialismo no hay modernidad posible, la modernidad le debe todo al colonialismo y lo niega, lo cual es grave.

En ese momento nace el mundo como central y periférico, América constituye la primera periferia, en ese sentido creo que lo que habría que hacer es buscar, denodadamente, todos los restos que quedan de este continente que fue devastado. En estos tiempos habría que ponerse a pensar en los efectos de esa colonización que no termina, comienza en 1492 y aún perdura de muchas maneras, fundamentalmente en nuestro modo de subjetivación vinculado a un estado de sujeción. Aunque me parece que América Latina lentamente se está despertando, deberíamos preguntarnos si alguna vez podremos ser plenamente independientes, algo que no lograremos solos sino junto a los pueblos hermanos.

¿Cómo tratar estos temas de nuestra historia, llenos de contradicciones, con los chicos tanto en el aula como en la casa?

No son contradicciones porque no hay posibilidad de síntesis, es el enfrentamiento de dos mundos, uno que piensa desde la lógica de lo Uno, y otros mundos que piensan desde la lógica de la multiplicidad. Son universos absolutamente heterogéneos que hoy habría que conciliarlos en una nueva epistemología mestiza, donde nada de esto desaparezca sino que se combine de otra manera. Creo que esto se le puede explicar a cualquier chico que esté en condiciones de entender que fue el enfrentamiento de dos lógicas, y por otra parte tener como objetivo político dejar de repetir esa simplificación en nuestra historia, porque esto no es una cuestión pedagógica sino política. No se puede seguir pensando en los mismos términos que se pensaba, debemos tratar de rescatar un montón de movimientos que hablan de todo lo que significaba la vida en este continente antes de la llegada de los europeos, también entender ese proceso de combinación o mestizaje y cuáles fueron sus efectos. El problema es que se oscureció ese pasado y se nos hizo creer, porque esto es lo que hizo efectivamente este proyecto de dominio europeo, que éramos inferiores, infantiles y salvajes, todas estas barbaridades que responden al imaginario evolucionista que permitió que Europa dominara. Si no lo replanteamos hoy creo que no podemos hacer mucho respecto a nuestro continente.

Tenemos que comprender que no es una cuestión pedagógica, no es una tema de transmisión, es un problema político de cómo se vive este momento que fue el acontecimiento que cambió absolutamente el planeta. Nuestro continente fue el primero en ser colonizado pero después siguieron los otros, siendo negados por la historia. Entonces, si nosotros seguimos enseñando la historia como si fuera única y lineal estamos cometiendo un gravísimo pecado de ignorancia, eso es lo que hay que transmitir y además constituye una cuestión de militancia, no es una tarea fácil, porque se trata de la ruptura de imaginaros consolidados, que se cristalizaron a través de ese poder hegemónico.

En la escuela muchas veces se enseña acerca de las culturas originarias, pero sin embrago no se traduce en un cambio de nuestras concepciones, ¿Por qué?

Porque en general se enseña como si sólo fueran chozas y plumas, hay que abordar la perspectiva de pensamiento de esas culturas. Hoy hay mucho material al respecto, investigaciones, estudios y demás. Lo importante es tener en cuenta otras perspectivas sobre las culturas originarias, abandonando las miradas descriptivistas de la antropología clásica, que no hace más que reafirmar lo que hizo el colonialismo.

A muchos movimientos con este tipo de reivindicaciones se los tilda de extremistas, ¿qué piensa de esto?

El extremismo europeo ha sido el fundamentalismo, entonces a los demás se nos torna difícil salirnos de ese modelo hegemónico. Muchos movimientos pueden caer en una postura de exclusión, con el cual repiten el modelo europeo pero hay muchos que no, fundamentalmente el Zapatismo se caracteriza por la pluralidad, y la multiplicidad. Me parece que esa es la línea, pensar en las lógicas múltiples, en toda una epistemología de la complejidad que permita abrir muchas otras puntas para entender este complejo continente.

Hoy podemos encontrar otras propuestas, como los movimientos de América del Norte los cuales son aún más antiguos que el propio zapatismo, cuyos dirigentes están presos hace 40 años, existen movimientos en Ecuador, en Colombia, en nuestros pueblos del Sur, en Bolivia, que incluso llevaron a un jefe indio al gobierno, lo cual nos habla de otro camino. Esto se ha extendido como en una ola expansiva, es muy interesante y no sabemos qué puede llegar a pasar.

Entonces me parece que, como decía Bolivar: “no somos ni indios, ni europeos, somos americanos…” y eso es lo que tendremos que buscar, como es ese estar aquí en América, tan diverso, complejo y múltiple, por suerte.

Publicado el:

sábado 12 de octubre de 2013

Autor:

  • Yanina Rivollier