«Jams 1». Un proyecto educativo de alto vuelo

«Jams 1». Un proyecto educativo de alto vuelo

Desarrollado y construido por alumnos y docentes de la Escuela de Educación Técnica Nº 1 «Pedro Radío» de Victoria, el vector cohete «Jams 1» fue lanzado desde las instalaciones del aeroclub de dicha ciudad. Tomará muestras de la contaminación del aire a determinada altura.

Desarrollaron un cohete que, a determinada altura, toma muestras del nivel de contaminación de aire. El vector se denominó «Jams 1» y fue íntegramente desarrollado por alumnos de la Escuela de Educación Técnica Nº 1 «Pedro Radío», de Victoria.

El docente asesor, Ramiro Seliman, nos cuenta acerca de esta idea y del acompañamiento que recibió desde el principio, hace ya casi dos años. Hoy, el proyecto es una realidad y tuvo ya, su primer lanzamiento exitoso. El equipo de creadores, habló con @prender de esta valiosa experiencia que fue reconocida por el Consejo General de Educación y recientemente seleccionado por el Instituto Balseiro entre más de 600 propuestas presentadas en la «Feria del Mercosur», donde intervinieron en el sector de jóvenes emprendedores.

@prender consultó a Mateo Saavedra, uno de los jóvenes que participó de la exposición realizada en las instalaciones del Espacio de Memoria y Derechos Humanos (Ex ESMA) de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, quien comentó que «se nos hizo entrega de un reconocimiento del Consejo de Educación, por parte de la presidente Graciela Bar, y el responsable de Educación Técnica, profesor Javier José»

También desde el Instituto Becario Provincial se destacó a Mateo como Becario Honorario, por los logros obtenidos, haciendo extensivo al resto del grupo el excelente nivel demostrado en cada instancia donde les tocó intervenir exponiendo los alcances de su proyecto. Desde ferias de ciencias en sus distintas instancias, hasta encuentros nacionales y este último a nivel Mercosur, los estudiantes demostraron solvencia, atino y mucho entusiasmo, a tal punto que entre los dos proyectos (ambos de Entre Ríos) que el Instituto Balserio eligió de toda la muestra, uno fue el de la escuela Técnica de Victoria.

Llevar adelante la idea de lanzar un cohete puede resultar, en principio, casi una utopía. Sin embargo, en esta instancia del proyecto, la institución en su conjunto no solo acompañó la iniciativa, sino que trabajó con dedicación para que el grupo de docentes y alumnos que se involucraron en el proyecto, llegaran lo más lejos posible en su propósito.

«A nosotros nos gustan los desafíos y en ocasiones nadar en contra de la corriente, y por ello a lo largo de dos años nunca bajamos los brazos», reconoce Mateo.
En esta apuesta, el promotor fue un ex alumno y hoy docente de la institución, Pablo Ramiro Seliman quien, junto a los alumnos Ezequiel Brambilla (7mo. Química) y Mateo Saavedra (7mo. Mecánica), realizaron días atrás un vuelo experimental del Vector cohete.

Los comienzos
Hace dos años Seliman trajo la propuesta a la escuela de poner un satélite en órbita y la institución educativa la apuntaló y generó los espacios para que prosperara. «Pero necesitábamos un dinero que fue imposible reunir, y mientras esto pasaba surgió la posibilidad de presentar el proyecto en una feria de jóvenes emprendedores en Chubut; ante este escenario replanteamos la idea y pensamos en un vector nuestro, y no ensamblar uno norteamericano (que era la idea inicial), que obviamente no alcanzaría la altura de puesta en órbita, pero que tomara registro de otras variables», rememoró Seliman.

Ante este marco de situación, se optó por tomar el camino de un registro meteorológico, «tomar muestras de temperatura, humedad, etc. Hasta que un día Mateo me dijo ¿por qué no presentarlo en feria de ciencias local de este año?, y el grupo completo comenzó a trabajar en el desarrollo de un motor, accedimos a la feria provincial en Concepción del Uruguay, donde calificamos con un puntaje de 89 puntos sobre un total de 100».

Pese a no lograr la puntuación óptima, desde la coordinación local de ciencias apostaron a la iniciativa, ya que sabían que para este grupo que daba continuidad al anterior donde también intervino el profesor Luis Brassesco, tenía muchas y buenas razones para seguir adelante y llegar a la feria nacional. «Nos situaron en el espacio de Jóvenes Emprendedores, desde donde comenzamos este periplo de exposiciones que nos llevarían, casi sin saberlo, ante los evaluadores del Instituto Balseiro (Bariloche), quienes eligieron tan solo dos proyectos, y uno es el nuestro», dijo Seliman.

Para participar del espacio para Jóvenes Emprendedores, el proyecto tiene que formar parte de una PYME, «hay ítems sobre la puntuación, por ejemplo costos, que nosotros no fuimos preparados para exponer, ya que en principio pensamos que seguíamos participando por feria de ciencia, y por ello, nosotros no teníamos contemplado ese aspecto, nunca fue la idea, pero quienes nos convocaron sabían de la potencialidad y se arriesgaron a que interviniéramos salvando ese escollo».

Además del premio de acceder a la instancia internacional en Estados Unidos, la Feria invita a empresas e instituciones que pueden identificar la potencialidad de proyectos y trasladarlos a otros ámbitos. «Por ejemplo la empresa INTEL de microprocesadores, y el Centro Atómico de Bariloche, incluso el ministro de Ciencia y Tecnología de Formosa nos ofreció un financiamiento (Crédito) sin riesgo para continuar desarrollando y aplicando nuestra investigación».

El JAMS 1

«Cuando íbamos a lanzar el vector, la primera idea que tenía el grupo de mecánica era solo experimental, tomar temperatura, presión y humedad, regresar a tierra. La experiencia nuestra era todo el conocimiento adquirido complementario al proyecto satélite, y allí se terminaba la cuestión», comenzó diciendo Mateo.

Al encarar el proyecto de feria de ciencias, Mateo reconoció que se debía tener un objetivo más firme, «entonces empezamos a pensar en un experimento físico- químico ya que había espacio en el cohete como para implementarlo, y allí fue que pensé en Ezequiel para integrarlo desde el laboratorio de química».

Por su parte, Ezequiel agregó que tras un breve lapso de hablar y tirar ideas surgió el proyecto de que «el cohete traiga muestras de aire, y poder analizarlo en busca de contaminantes atmosféricos (puntualmente el dióxido de azufre), cuestión que podemos analizar en este laboratorio sin ningún problema».

Decidido el costado ambiental, Mateo precisó que la idea se tornó más abarcativa y «por el contexto en el que vivimos, cobraba un sentido de aplicación muy fuerte y de interés».

Lanzamiento
El domingo 11 del noviembre a las 15:33, y con las condiciones del viento y el clima dentro de los niveles normales, los alumnos y el docente hicieron el lanzamiento emplazando el cohete y su respectiva plataforma en el aeroclub Victoria. «Se dio aviso a todas las autoridades y demás actores intervinientes en la defensa civil, para asegurar el área, si bien el cohete subió 1500 metros haciendo una parábola que en su punto de apogeo desprendió la ojiva para luego comenzar el descenso en cuestión de segundos, había que considerar todos los ítems, y ello es parte de un desarrollo que habla de lo complejo de este proyecto, pero también de lo importante que es para una institución educativa», precisó Seliman.

El cohete JAMS 1 tiene entre sus características un peso de 12 kilogramos y una altura de 2metros 30 centímentros.
Al caer (sobre un radio de 1200 metros) tiene aproximadamente 9 kg., ya que en 3 segundos quema el combustible que lo hará alcanzar los 1500 metros en 16 segundos. Viaja a una velocidad de 750 km. por hora y fue monitoreado desde tierra por una antena (radiofaro).

Pese a no abrir el paracaídas, de igual manera fue todo un avance en la consecución del proyecto.
Según el informe realizado por el grupo al término de la experiencia, el vector completó en un 90 % las expectativas, ya que se alcanzaron alturas en tiempos, velocidades y momentos calculados. «La imperfección se generó en el momento del descenso del vector, el cual por un problema mecánico y meteorológico, no se abrió el sistema de amortiguación de caída, generando entonces un descenso violento que ocasionó la destrucción del fuselaje y parte de la electrónica a bordo».

El docente asesor Ramiro Seliman, y los alumnos Ezequiel Brambilla (7mo. Química) y Mateo Saavedra (7mo. Mecánica) destacaron que «gracias al trabajo de equipo se logró rescatar la mayor parte de la telemetría de vuelo, y de la tarjeta de memoria de la cámara a bordo, la filmación del despegue hasta su violento aterrizaje».

Datos recuperados del instrumental a bordo
BURN– Tiempo de funcionamiento del motor = 2,2 seg.
PACC– Aceleración máxima durante el impulso = 11,4m/seg²
AACC – Aceleración media durante el impulso= 6,5 m/seg²
C2AP– Tiempo desde la salida hasta el apogeo = 11,95 seg.
A2EJ – Apogeo hasta tiempo de eyección = 2,7 seg.
EATT – Altitud de eyección = 867 m.
DESC – Velocidad de descenso (sin paracaídas) = 172 Km/h
DURA – Tiempo total de vuelo = 34,6 seg.

La comunidad educativa de la Escuela de Educación Técnica hizo extensivo su agradecimiento «a todos aquellos que nos dieron una mano, a los que creen en la educación de calidad, llena de sueños y utopías, que se logran por el obrar de las instituciones, la profesionalidad de sus integrantes, el compromiso de sus alumnos, y ese pequeño grado de locura, para intentar llegar más allá de la cúpula celeste».

Publicado el:

viernes 17 de mayo de 2013

Autor:

  • Nicolás Rochi