La tradición desde la obra de Florencio Molina Campos

La tradición desde la obra de Florencio Molina Campos

Las estampas de Florencio Molina Campos son un valioso recurso para acercarnos a la tradición. Sus pinturas permiten conocer las costumbres de los hombres del campo de una manera natural, graciosa y tierna.

Florencio Molina Campos (1891- 1959)

En la obra de Molina Campos los protagonistas son el paisano, el caballo y la llanura vacía. En ella logró registrar gráficamente las actividades y costumbres de los hombres del campo argentino en sus tareas más cotidianas y reiteradas, rescatando de ese modo una manera de vivir y resguardando la tradición y el folclore de nuestra tierra.
Su pasión por el campo nació en su niñez, cuando pasaba las vacaciones junto a su familia en La Estancia “Los Ángeles” en el Tuyu, provincia de Buenos Aires. Esa pasión creció entre los años 1905 y 1907, cuando vivió en la estancia “La Matilde”, en Chajarí. En ese período de su adolescencia, aunque su familia tenía casa en Concordia, prefería permanecer en la estancia, con la gente del lugar, visitando puestos, ayudando en las tareas rurales y aprendiendo el arte de aquellos hombres. Esos años felices se interrumpieron en 1907 con la muerte de su padre. De allí en adelante el campo comienza a convertirse en nostalgia que volcará en pinturas que representan escenas camperas que lo harán famoso. Gracias a su poder evocador perduran los rasgos de los paisanos que conoció en su infancia: posturas, gestos, vestimenta, tareas, divertimento, costumbres del gaucho, en la intimidad de los ranchos o en la inmensidad de la llanura sin agricultura.

Cesáreo Bernaldo de Quirós decía de él: “Solo, sin academias ni maestros, traduciendo esa verdad que llevan los predestinados, fue contando Molina Campos todo lo que sabía y había percibido en el campo abierto, en el “rodeo”, en las “fiestas”, en la “pulpería”, y en ese enorme conocimiento de “pilchas” y sus nombres, y pelos y marcas de “montados”… Así fue plasmándose ese personaje suyo, el gaucho: el Gaucho de Molina Campos

En sus imágenes predomina lo risueño con un aire al mismo tiempo inocente y bárbaro, ingenuo y socarrón. Más allá del realismo, percibe lo peculiar y capta las fisonomías que acentúa y exagera con humor. Logra así representar el mundo del gaucho y su vida cotidiana en un clima risueño. A juicio del académico de Bellas Artes y conocido crítico Córdova Iturburu, “… el artista veía al gaucho como el gaucho se veía a sí mismo. No era el gaucho del poeta o del historiador o del narrador fantasioso. El secreto del inusitado éxito de Molina Campos en los medios rurales del Río de la Plata reside en su identificación absoluta con el hombre de esos medios. Los mira con los ojos con que se miran ellos y los considera con su mismo espíritu entre burlón y afectuoso. Su risa es bondadosa. Es risa de comprensión y cariño”.

 

Publicado el:

sábado 12 de noviembre de 2016

Autor:

  • Patricia Cabrera

Nivel:

  • Primario
  • Secundario

Área Curricular

  • Cs. Sociales y Humanidades
  • Lengua y Literatura