La mítica figura independentista

La mítica figura independentista

José Artigas constituye una de las figuras más relevantes de la historia independentista de América Latina. En este recurso indagamos en torno a su figura y pensamiento.


El centralismo porteño en puja
La capital del último de los virreinatos creados por España, Buenos Aires, fue el centro en torno del que gravitó el movimiento independentista del sur. El Virreinato del Río de la Plata comprendía la actual República Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia y las misiones guaraníes.
Según Ana Frega Novales, el levantamiento oriental puso de manifiesto un trastocamiento del orden social que alarmó a los dirigentes porteños, sobre todo porque planteaba una alternativa al poder revolucionario de Buenos Aires. Se destacó un carácter popular instalado en las zonas más cercanas al río Uruguay, integrado por capataces, traficantes de ganado, ocupantes de tierras sin título y hasta contrabandistas, que la gente transformó en jefes militares. Pero, en otras zonas de la Banda Oriental, la movilización política y militar se constituyó con familias renombradas: Lavalleja, Rivera, Ortogués, es decir, grandes terratenientes. En la Banda Oriental se manifestó lo que luego sería habitual: el poder se desplazó de las ciudades al ámbito rural.

Los cimientos para la conformación de una sociedad libre
Con ansias de organizar un nuevo Estado, Artigas, mediante las famosas “Instrucciones” reclamaba la declaración inmediata de la Independencia. El nuevo Estado debía ser republicano y federal, con una clara división de poderes. Los Pueblos de la Confederación debían adoptar los conceptos de “soberanía, libertad e independencia”. Más tarde, en un “Reglamento Provisorio”, Artigas adoptó medidas tendientes a democratizar la sociedad oriental, por ejemplo, distribuyendo tierras entre la población más pobre.
A nivel provincial y nacional, Artigas planteó un Estado articulado en tres poderes –legislativo, ejecutivo y judicial- y propuso una Constitución que brindase a cada provincia “seguridad de soberanía”.

El protector de los Pueblos Libres
En 1815, la Unión de los Pueblos Libres proclamó a Artigas “Protector” luego de que hubiese extendido su influencia en las provincias del litoral. Las razones del apoyo al Jefe Oriental eran diversas. Las ciudades del Litoral, que formaban parte de la Intendencia de Buenos Aires, procuraban la autonomía político-administrativa y canalizar su comercio a través del puerto de Montevideo. La adhesión del Interior era expresión de una oposición más ocasional a Buenos Aires. Todo esto, producto de que el cambio operado en Buenos Aires no se tradujo en una mejoría para las provincias, que siguieron soportando la misma situación de dependencia económica de la ciudad portuaria, agravada aun más porque las medidas librecambistas adoptadas de inmediato por la junta, significaron la entrada masiva de manufacturas británicas frente a las que las artesanías locales no podían competir.

La Aduana en disputa
En el escenario de la Liga Federal, Artigas redacta en setiembre de 1815 lo que se conoce como Reglamento Aduanero para todas las provincias de la Liga Federal. Tenía una clara intención: crear una unión aduanera entre las provincias y proteger su producción de la competencia europea, fundamentalmente inglesa, a través de impuestos diferenciados. Al mismo tiempo, favorecía la introducción de productos necesarios e inexistentes en la región como los libros o las medicinas. Nuevamente es fácil percibir como la posición geográfica de la Provincia Oriental y su puerto de Montevideo posibilitaba el comercio de los productos de la región con Europa, sin la autorización o voluntad del gobierno y los comerciantes de Buenos Aires. Pero la situación se tornó insostenible entre el gobierno de Buenos Aires y el de Artigas y sus propuestas fueron irreconciliables.

Si intentamos hacer un recorrido por el imaginario de época y el accionar del Jefe Oriental, dos conceptos clave de la época nos son explicados por la historiadora uruguaya Ana Frega Novales.

¿Qué se entendía por soberanía en esa época?
La soberanía era la alteza y el poderío sobre todos, pero la construcción del imaginario sobre dicho término, ya desde los cuentos infantiles configura un sinónimo de rey como soberano, de “su alteza” y en definitiva cuando se hablaba de soberanía, en las explicaciones que daba el diccionario y en el imaginario de la gente, ésta estaba asociada directamente con el monarca.
Plantear, que la soberanía ha vuelto al pueblo, encerraba una transformación muy grande al punto que en los primeros momentos de la ruptura del régimen español, se decía que esa soberanía en realidad estaba como en depósito, como que el rey estaba prisionero y como el rey estaba prisionero alguien tenía que guardar esa soberanía, pero que no se podía ejercer, no se podía transformar esa monarquía que pretendía ser monarquía absoluta aunque no lo lograra del todo, en otro tipo de régimen político.

 

¿Qué se entendía por pueblo o pueblos en ese momento?
Ahora, “pueblo”, la palabra “pueblo” es una palabra más complicada, porque pueblo encierra muchos significados. Pueblo puede ser ese lugar, ese centro poblado; pueblos pueden ser también aquellos que viven, que habitan, ese lugar, no pueblo con la raíz “de populus”; pero pueblo también encerraba algo peligroso para la sociedad de la época, porque pueblo también podía ser plebe, podía ser vulgo, podía ser la gente común y ordinaria dice el diccionario de la Real Academia Española en oposición a los nobles; es decir, que ese pueblo también puede ser populacho. Ante la situación de una crisis, dónde la monarquía de esos acuerdos -a partir de los cuales la alianza entre España y Francia en la guerra contra Gran Bretaña y su aliado Portugal- habían dado por resultado que la familia real española concluyera en Francia con las llamadas abdicaciones de Bayona y donde termina siendo coronado como Rey de España el hermano de Napoleón, José Bonaparte; en ese contexto* plantear que la soberanía vuelve al pueblo, que ésta vuelve de forma legítima al pueblo, es en realidad plantear un campo de batalla porque, ¿quién va a ser ese sujeto soberano?. Diicho de otra manera: ¿quiénes van a ser esos pueblos que reasumen la soberanía?
Y en el Río de la Plata, porque esto es Artigas y la Soberanía de los Pueblos, esa idea de retroversión de la soberanía también va a admitir distintas lecturas, porque como campo de batalla lo que va a ocurrir es que quienes se van a plantear soberanos lo harán desde una posición de poder, tratando de que los que están más abajo reconozcan ese lugar de “alteza”, ese lugar de poder sobre todos.
De esta manera, cuando hablamos de la soberanía de los pueblos en el Río de la Plata podemos reconocer la existencia de distintos niveles, de distintas escalas en que se va a esgrimir y se va a pelear por tener la condición de soberanos.

Documentos Artigas
El discurso inaugural del Congreso de Tres Cruces. Congreso de Tres Cruces
Las Instrucciones del Año XIII. Instrucciones del año XIII

Fuentes:
-Frega Novales, Ana. Las Bases del Artiguismo. En revista Historia Visual de la Argentina N°26 del diario Clarín.
-La revolución en el sur. Revista América Latina. Una Patria Grande. Ediciones Océano. 1983.
-Halperin Donghi,Tulio. El surgimiento de los caudillos en el marco de la sociedad rioplatense postrevolucionaria. -Departamento de Filosofía, Historia, División de Ciencias Sociales, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa, 1981

Sitios Web
Charla Artigas y la Soberanía de los Pueblos
Revolución en el Río de la Plata

Publicado el:

lunes 8 de junio de 2015

Fuente:

  • Griselda Pressel UADER

Autor:

  • Celeste Ramírez

Nivel:

  • Secundario

Área Curricular

  • Cs. Sociales y Humanidades

Tipo de Recurso

  • Especial / Colección
  • Propuesta de Enseñanza