El arte popular: la historieta

El arte popular: la historieta

La Historieta, como forma de acercar la lectura a niños y jóvenes, viene de la mano del humorista gráfico Maxi Sanguinetti a introducirnos en la serie de «Artistas de la provincia».

En el universo de las artes, cada rama tiene un sitio de honor y hay quienes ubican ala historieta -con su singular riqueza como forma de lenguaje que, con el fin de “comunicar”, combina una serie de herramientas que emplean la estética, la lengua y la plástica, sólo por citar algunas-en el noveno lugar.
En este recurso nos interesa sumergirnos en el mundo de la creación a través del dibujo, quizás la primer manifestación de los niños a través de la cuál construyen una forma de identificarse e interpretar el mundo; manifestación que puede transformarse en una manera de vivir, de ser y de estar, como le ocurrió al humorista gráfico Maxi Sanguinetti.
En una amena charla con @prender Maxi, nos contó lo que implica la creación constante para generar infinidad de sentimientos que pueden ser de aceptación o rechazo, que pueden ir teñidos de risas o de insultos pero que, como podremos ver, encontramos en la historieta una herramienta “con onda” para introducir a los chicos en la lectura que, de alguna manera, es uno de los propósitos de este recurso educativo.

Maxi x Maxi
Maximiliano Sanguinetti (Maxi) es Lic. en Comunicación Social y, entre otras actividades y tareas, trabaja como docente y humorista gráfico. Coordina -junto a Jaimo– la sección de humor “Acidez de la actualidá” de la quincenaria publicación localAnálisis, publica un chiste diario en la web de El Once TV, algún que otro cuadrito en La Hendija de Papel y su personaje “Arthur” en la revista El Colectivo (todos medios de Paraná). Además publica en las revistas Panza Verde (Concordia) y ocasionalmente en la revista TMEO (Vitoria-Gasteiz, España). Fue co-editor del fanzine Menos que Cero, publicó una nouvelle titulada “Khalil se va a Miami” y más recientemente su libro “Maxi Humor”(“Recopilación de algunos chistes que zafan”) . Ahora es co-editor de un emprendimiento editorial llamado Abrazo ediciones y toca el teclado en la banda Pepe Corneta. Por ahora, nada más.

Maxi para @prender

Eran otras épocas
Yo empecé como lector de historietas, pertenezco a una generación en la que las revistas de historietas estaban presentes en la vida cotidiana de las personas, de las editoriales como Columba todo lo que es Nippur, Dartagnan, de aventuras, pero también de las historietas infantiles humorísticas, de las de Disney no, de las editoriales mexicanas que llegaban todas las revistas acá y ahora no llega nada de eso. Pero en cualquier casa había historietas de aventuras y para los niños estaba siempre alguna de Disney o el Anteojito o el Billiken. Yo era un lector fanático de la historieta, siempre me gustó, las de García Ferré, de Quinterno “Patoruzú, Paturuzito”; y yo tenía como costumbre a la noche siempre acostarme a leer historietas, veía tele obviamente pero siempre me gustó como lector.

La apropiación del placer
Uno va adquiriendo el lenguaje de la historieta y se encuentra cómodo en ese lenguaje para comunicar las ideas, ocurrencias y lo que por ahí hace distintivo a ese laburo es que uno sigue dibujando a través del tiempo, porque en realidad todos dibujan cuando son chicos y después, en algún momento entre la escuela primaria y la secundaria, dejan de hacerlo. La diferencia es que nosotros seguimos dibujando y eso sería un lindo tema para un psicoanalista, quedamos en alguna fase… (risas) Entonces yo encontré en ese lenguaje una herramienta para poder justificar ideas; es decir, yo no me considero dibujante, primero porque sé mis limitaciones que son muchas, segundo porque a mí no me interesa, encontré como una manera de dibujar que me es funcional a lo que yo quiero decir y no tengo ningún tipo de pretensión artística ni de virtuosismo ni nada de eso, todo lo contrario. Disfruto aparte como lector de lo que es la historieta sintética, de la economía de recursos para comunicar ideas, no me interesa dibujar bien, nunca estudié ninguna carrera artística. Pienso, me gusta mucho más que sea algo que uno reconozca, a que digan «uy, que buen dibujo». Y bueno, ahí estoy aprendiendo sobre la marcha. Sigo leyendo historietas y me siguen influenciando diferentes dibujantes y eso, por suerte, va cambiando. Ahora los soportes han cambiado y entonces leo muchos blogs, páginas, pero sigo comprando libros de lo que sale acá, Liniers, Kioskerman, Decur y mucho de afuera.
En cuanto a todo lo relacionado a la comunicación, que de última es lo que yo estudié, el lenguaje con el que me siento más cómodo es con este, porque me parece el más libre, uno lo hace en su casa y me parece muy efectivo, porque el dibujo, la combinación de dibujo y texto tiene una llegada, una pregnancia, un plus que está bueno.


Pintando su aldea
A mi me gusta la impronta del humor político, lo político social. A mí me gusta mucho, me interesa la política, pero soy en algún punto, a ver como decirlo para que no suene fuerte, descreo de cualquier tipo de organización que tenga jerarquía. Entonces sigo todo, pero no le creo a nadie, producto de nuestra historia, porque nos hemos desilusionado mucho y también, porque creo, que se puede construir de otra manera. Hay como una especie de monopolización de la política que se asocia a lo político partidario y yo creo que no, creo que la política puede ser la política de la vida cotidiana. En Análisis prácticamente hago humor político, y en El Once trato de ir mezclando un poco, porque sino agota y aparte para no repetir, entonces mezclo un poco de política, un poco de humor costumbrista, de la historia donde por ahí la gente participa y así vas reconstruyendo la memoria también, un poco de humor de observación de lo que pasa en la ciudad, esa impronta localista o regional, porque sino estamos repitiendo eso que uno ve en Buenos Aires, entonces cuál sería nuestra marca ahí? Por eso trato de hablar lo que pasa acá, antes a mi no me gustaba eso, pero después Rep nos hizo ver que nosotros teníamos que hablar de lo que pasaba acá, y me parece que es la apuesta y que esa tendría que ser la apuesta de los medios de acá, no bajar contenidos de las radios de Buenos Aires, cambiar eso.

Sobre gustos…
Me gusta que moleste, que te interpele, obviamente no se puede hacer siempre ese tipo de humor porque agota, pero a mí particularmente no me gusta ese humor que decís «ayy qué lindo!»; sino que me gusta que el humor genere incomodidad, que es lo que trato de preservar en lo que hago; obviamente que me tengo que ajustar al medio en el que publico, pero trato de preservar esa cosa punk. El humor te deja pasar cosas que si tuviera otro formato, por ejemplo de noticias o de crónica, no te lo dejarían pasar. Podés jugar mucho con la metáfora, con la alusión, con la picardía, con el doble sentido, con la ironía, con todas esas marcas que el lenguaje periodístico por ahí no tiene. Pero siempre tenés un límite, que es el límite primero de lo que vos considerás que está bien hacer y qué no, al cual trato de no darle mucha importancia y después tenés los límites de la línea editorial del medio, salvo que vos lo hagas para tu blog o para lugares más acotados. Uno también va aprendiendo, a mi me gusta mucho el humor escatológico, pero esas que no puedo publicar en ciertos lugares, las publico en el Blog (Maxi Humor) o en el facebook.


Un artesano más
En cuanto al paso del tiempo, yo si veo dibujos de hace años y creo que dibujaba mejor antes que ahora, tenía más tiempo y tenía más paciencia, o por ahí hay quién dice que es un dibujo sintético o un dibujo infantil, pero a eso se llega también, yo publiqué mi primer dibujo a los 13 años, tengo 25 años en esto, no de manera profesional. Yo creo que es un oficio como el de cualquier otro, como el de carpintero que va mejorando con la práctica cotidiana y vas aprendiendo a resolver cosas, sintetizar cosas, a dejar cosas de lado. Entonces se necesita cierta disciplina mínima porque si no no podés, porque vos imaginate que aunque salgan malos, necesitás mínimo 2 horas, máximo 3, 4, porque tenés que sentarte, pensar la idea, dibujarla.

Arte o artesanía ¿importa la distinción?
A mí me gusta reafirmarme en la historieta y en el humor como género menor, como supuestamente se lo relegaba desde la semiótica, hasta los ´60. Acá en los 60, cuando la historieta entró al Di Tella y se hicieron las bienales internacionales, donde lo revalorizaron como arte, se le dio otra entidad, en todo caso yo estoy seguro de lo que es arte en historieta, por ejemplo: Pratt, Manara, Breccia, yo no creo que entre en esa categoría pero a mí no me desvela, y a mí me gusta ese género de literatura menor, me encanta reafirmarme en ese lugar porque estás como en los bordes mirando a ver qué pasa y podés justamente decir cosas que al tener esa entidad de border te lo permite. Lo mío seguro no es arte, arte es Quino, Rep.
Por suerte en la posmodernidad el concepto de lo que es arte estalló, entonces sí, es arte y está bueno que sea arte, si es que es así, yo no lo puedo afirmar, yo sé que lo mío no es arte, yo no lo considero arte, yo lo considero un oficio, me veo más cerca de un zapatero, que de un pintor o un artista. En esta diferencia que se habla entre la artesanía y el arte, en mi caso, me veo más como un artesano, porque lo que yo hago tiene más que ver con la artesanía, pero en mi caso, porque vos ves algo de Pratt o de Quino y sí, eso es arte obvio. Igual creo que después de la posmodernidad, del arte pop, de las vanguardias, ya hablar de arte, circunscribir al arte a los espacios como galerías me parece obsoleto, pero bueno a mi no me desvela eso, que se le dé entidad de arte al laburo en general ni a lo que yo hago en particular, porque eso de última no deja de ser una apreciación de los demás y a mí, la apreciación de los demás trato de que no me influencie mucho, negativamente por lo menos.
Pero bueno, también desde el punto de vista creativo se ve que eso tiene una marca, sería un arte popular porque no hace falta ser un entendido para disfrutarlo. Por ejemplo yo pienso en Rep, la conexión entre el humor, la historieta y el arte, ese es un ejemplo claro de lo que es el arte.

¿Recetas para aprender “el oficio”? No, el ingrediente principal.
Yo creo que hay que leer mucho, leer por placer, muchas historietas también, la mayoría de los humoristas y los dibujantes aprendieron leyendo . También sirve hacer talleres, cursos, pero básicamente hay que leer, no hay otra fórmula, para aprender a narrar, a contar, con una introducción, un nudo y un desenlace, para aprender, en el caso de la historieta la composición de la página, la secuencia, es eso, para mí la lectura, pero por placer, porque uno al “tienen que leer” lo toma como con una connotación de algo pesado, pero tienen que leer algo que les guste, Mafalda, Macanudo, lo que sea, de hecho lo hacen, los pibes ahora están leyendo de nuevo y está bueno.

Por eso, desde @prender redoblamos la apuesta y nos juntamos con un lector de historietas para preguntarle por qué está bueno acercarse a este mágico mundo.

Atrapado sin salida

Imanol Sánchez es aficionado a lo que es arte en general, pero la historieta le gusta mucho, todo lo relacionado con la plástica, fundamentalmente, lo atrae y le ha indicado el camino que lo ha llevado tras los pasos de artistas como Max Cachimba, De Santis, Breccia, etc.

¿Cómo nace este romance con la historieta?
Como lector, lo primero que me atrajo fue el dibujo, la plástica y el primer aprendizaje es copiando, si bien uno tiene que tender a ser original, digamos que nadie inventa nada ya. Entonces uno copia y toma y aprende lo que puede de ahí. Por eso, lo primero que me atrajo de la historieta fue el dibujo, pero tiene la ventaja de que combina literatura, tiene esa cuestión narrativa, que no son solamente dibujos, sino que cuenta una historia que te va llevando, uno después le va prestando más atención a lo que es la escritura, la prosa.

Nada de dibujitos así nomás
Lo que una historieta debe tratar de lograr es que sea fácil de leer y que sea fluido. Por eso el guionista de historietas es como el guionista de cine, tiene que buscar el encuadre, el ángulo, los diálogos, ubicar un montón de cosas y, a su vez, tiene que estar estructurado de cierta manera para que el ojo fluya de manera natural, que vaya pasando, tiene toda una teoría, que tiene que ver con la cinematografía.
No hay nada más complicado que la síntesis, uno ve autores como Max Cachimba y es algo muy simple que hasta parece un grabado, y uno puede decir ese tipo no sabe dibujar, pero uno ve todo el laburo que tiene atrás, la complejidad, la técnica que tiene y poder llegar a esa síntesis, a uno le parece increíble

Maxi x Imanol
Maxi constantemente está tirando palos de que no sabe dibujar pero uno ve el laburo de Maxi y es increíble la síntesis que tiene, al nivel de síntesis que ha llegado, viendo lo que era el trabajo anterior que era casi obsesivo con los entramados infinitos, trabajos monumentales y es bueno haber superado todo eso, aparte por las necesidades del mercado en el que uno se mueve.

Por qué creés que la historieta es arte?
A mi me parece que porque combina un montón de cosas, la plástica, la actuación, la música, la literatura, no necesariamente por el dibujo, sino que el dibujo acompaña y uno lo lee por el autor, por ejemplo Breccia, que bien podía ser analizado por un estudiante de Bellas Artes ya que al final de su carrera era tan experimental que trabajaba con manchas, recortes, collage pero todo eso abocado a una historia. En cuanto a la cuestión de la literatura, si uno cree que se lee o no, es como todo, uno puede leer una novela y puede ser una porquería o puede leer una historieta y puede ser brillante. De Santis, por ejemplo, ha pasado por todo, pasó por la novela, por la historieta y me parece que es por eso porque lo respetan como género, como medio de comunicación y se dan cuenta de lo eficiente que es.

¿Es una puerta para?
Por ahí puede servir para los chicos, una obra literaria pesada, no sé por ejemplo la Odisea, la Ilíada, es un armatoste que si se los das, los intimida semejante libraco, pero por ahí si les das una adaptación para que le vaya tomando el gusto la cuestión cambia, no digo que hay que reemplazar al libro, porque por ahí las adaptaciones son como las adaptaciones de las películas, le quitan la imaginación, pero como puerta de entrada está bueno, sobre todo las obras más pesadas

Sugerencia de Actividades
1) Diferenciar la Historieta de otros géneros literarios,( noticia, crónica, cuento, etc.) para conocer y reconocer las características del mismo.
2) Reconocer las partes que componen la Historieta: viñeta, planos, globos, código gestual, etc.
3) En relación con el texto, ¿qué tipografía se usa? ¿Se usan distintos tipos con distintos valores, o en diversos contextos, para “agregar” sentidos a lo que se dice?
4)¿Cuándo hablan los personajes y cuándo hay voz en off, cómo los identifico? Seleccionar ejemplos.
5) Confeccionar una colección de globos de 5 historietas diferentes y agruparlos según el contenido: hablan, piensan, gritan…
6) Realizar una pequeña historieta sobre un tema consensuado en grupo que intente reflejar una toma de conciencia sobre alguna problemática escolar.

Y por si los chicos se entusiasman, se enganchan o como mejor dicen ellos se “copan” con la historieta, qué mejor que invitarlos a que sigan experimentando en un taller de historietas dictado por el mismísimo “Jaimo” que, según expresó él en una entrevista que le hizo Nicolás Solari para la revista La Trova Digital, convoca a quien quiera sumarse, diciendo “la idea es integrar un espacio creativo, un puente creativo entre Paraná y Concordia, e integrar diferentes formas de expresión artística en un espacio colectivo de arte”. Por consultas sobre el Taller Laboratorio de humor gráfico, historieta, caricatura y animación, dirigirse a calle Chacabuco 538, en Paraná, o comunicarse al teléfono (0343) 4224624.

Recomendamos también la consulta de los siguientes Sitios Web
Manual de la historieta
Elementos de la página
Las historietas en la educación popular brasilera: algunas producciones
Tiras cómicas

Publicado el:

martes 12 de junio de 2012

Autor:

  • Celeste Ramírez